lunes, 4 de mayo de 2009
Una crisis de oro
Mientras las tiendas de la «Milla de oro» madrileña se llenan del polvo que levantan las obras de remodelación de la calle Serrano, el eje Puerta del Sol-Preciados-Montera se convierte en la verdadera «Milla Dorada» de la capital.
A las 6 de la tarde la calle reluce no sólo por el sol que da nombre a la plaza que acoge el kilómetro cero sino porque quizás sea éste uno de los lugares en los que se concentre más oro de la capital gracias a la proliferación de tiendas de compra y venta del apreciado metal.
Entre el bullicio propio de una arteria comercial de una gran ciudad durante un día laborable se mezclan entre la gente más de una decena de hombres cargando carteles en los que destaca una palabra «oro».
miércoles, 15 de abril de 2009
GUM
martes, 24 de marzo de 2009
lunes, 23 de marzo de 2009
Noche en blanco
Cambio de planes. Planes desconocidos pero que he decidido cambiar y publicar esta entrada. Hay veces que los brillos están fuera de lugar y, aunque pretendía ilustrar mi entrada con una vistosa imagen que tarde o temprano publicaré, he optado por el blanco.
Blanca era la mancha en las sábanas del hostal donde "descansaron" estas piernas en la última gira de la compañía... Ni sé qué era ni creo que quiera saberlo... Espero que un detergente de los que lavan más blanco... sí por favor, sí...
P.D: Quítate las plumas para dormir sin son susceptibles de quedarse pegadas...
lunes, 9 de marzo de 2009
God bless Sweden
God bless Sweden. Ni América, ni España, ni siquiera Brasil (ese paraíso de plumas y lentejuelas, capital del tanga y de la samba donde toda vedette querría retirarse a pasar su jubilación).
God bless Sweden porque es la capital del diseño nórdico, ni más ni menos. Sí, ya sé que de una vedette se espera un apartamento (siempre apartamento) cargado de terciopelo, candelabros y cojines de leopardo pero las líneas depuradas son mucho más socorridas (sobre todo cuando de limpiar se trata).
Expedit, Lack, Karlstad... no son príncipes europeos (de serlo tendría la casa llena... ains... El príncipe y la corista...), son mis nuevos compañeros de piso.
AVISO
Comprar muebles es una actividad peligrosa para la que hay que tomar una serie de precauciones:
God bless Sweden porque es la capital del diseño nórdico, ni más ni menos. Sí, ya sé que de una vedette se espera un apartamento (siempre apartamento) cargado de terciopelo, candelabros y cojines de leopardo pero las líneas depuradas son mucho más socorridas (sobre todo cuando de limpiar se trata).
Expedit, Lack, Karlstad... no son príncipes europeos (de serlo tendría la casa llena... ains... El príncipe y la corista...), son mis nuevos compañeros de piso.
AVISO
Comprar muebles es una actividad peligrosa para la que hay que tomar una serie de precauciones:
- Fuera tacones. Ikea es un laberinto, mejor recorrerlo con zapato plano (ver zapatillas del último post).
- Dos mejor que uno. Elegir muebles es una tarea de vicetiple novata, cargarlos es una labor de primera vedette (con maromo portamuebles incluido o, en su defecto, amable operario que por un módico precio, te lleve las cajas a casa).
- PELIGRO: las albóndigas suecas, el salmón marinado y los hot dogs a pares no se queman cargando muebles (a no ser que vayas a amueblar la Casa Blanca). Si pretendes entrar en las medias de rejilla para la función de las 10, mejor un zumo de piña (natural).
P.D. Mi enhorabuena a Victoria de Suecia por su próximo enlace. Nada mejor que un entrenador personal para combatir los excesos que se cometen cuando vas a comprar estanterías... ¿Dónde tendrá la lista de bodas?
martes, 3 de marzo de 2009
martes, 24 de febrero de 2009
Cóctel social
Como todo en toda red internet tiene sus hilos y sus agujeros en uno de los cuales nacen, crecen y se reproducen las redes sociales (quien sabe si algún día también morirán y desaparecerán dejando un hueco vacío...).
Las redes sociales, atestadas de perfiles de púberes y prepúberes, viven su particular adolescencia. Como en todo proceso evolutivo en el que se persigue cierta madurez, cada vez más cercana, los vacíos (en este caso legales) y la fragilidad de los cimientos hacen que las estructuras o al menos la forma de gestionarlas, sean todavía inestables. Como en el caso de Facebook, desde donde se han propuesto iniciativas como reservarse los derechos sobre los datos de los usuarios a perpetuidad, funciona la mecánica prueba error: propuesta, oleada de quejas, retroceso y vuelta al principio. Así los puntos de encuentro del siglo XXI se acercan más a la edad adulta.
La generación del Bollycao se ha echado a La Red y demuestra mediante su actividad en las redes sociales que la juventud es pasota sólo cuando algo no le interesa. A través del ordenador crean lazos de amistad o los estrechan, mantienen contacto con amigos y compañeros y cuelgan de un escaparate fotografías que, en algunos casos, son una radiografía perfecta de sus vidas.
Pero no sólo los jóvenes son parte de la comunidad. Alrededor de 200 millones de personas de otros tantos países del mundo se dan cita en el mismo lugar fomentando el intercambio de toda clase de materiales y, aunque lo que empieza a conquistar a los usuarios son las redes más locales (por aquello de que la cercanía y la cultura son dos de los principales puntos en común), los ciudadanos del mundo están cada día más cerca.
La edad del pavo evidencia la falta de desarrollo de algunos aspectos de la personalidad. La falta de regulación o los vacíos legales dentro de las redes sociales hacen de este negocio (sí, negocio) caldo de cultivo para los despropósitos.
Negocio, publicidad, juventud, datos personales y privacidad. Estos son los ingredientes de un cóctel que, bebido, puede provocar a toda esa gente que está detrás de un perfil la peor resaca de su vida, verdaderos dolores de cabeza... piña colada (en red). Para saber la intensidad de los efectos es necesario probar. Salud.
P.D. Pese a que en el imaginario colectivo las vedettes somos casi una pieza de museo (arqueológico) no nos quedamos atrás tecnológicamente… Si no fuese por los avances no existiría la lycra ¿ y entonces qué sería de nosotras?
Las redes sociales, atestadas de perfiles de púberes y prepúberes, viven su particular adolescencia. Como en todo proceso evolutivo en el que se persigue cierta madurez, cada vez más cercana, los vacíos (en este caso legales) y la fragilidad de los cimientos hacen que las estructuras o al menos la forma de gestionarlas, sean todavía inestables. Como en el caso de Facebook, desde donde se han propuesto iniciativas como reservarse los derechos sobre los datos de los usuarios a perpetuidad, funciona la mecánica prueba error: propuesta, oleada de quejas, retroceso y vuelta al principio. Así los puntos de encuentro del siglo XXI se acercan más a la edad adulta.
La generación del Bollycao se ha echado a La Red y demuestra mediante su actividad en las redes sociales que la juventud es pasota sólo cuando algo no le interesa. A través del ordenador crean lazos de amistad o los estrechan, mantienen contacto con amigos y compañeros y cuelgan de un escaparate fotografías que, en algunos casos, son una radiografía perfecta de sus vidas.
Pero no sólo los jóvenes son parte de la comunidad. Alrededor de 200 millones de personas de otros tantos países del mundo se dan cita en el mismo lugar fomentando el intercambio de toda clase de materiales y, aunque lo que empieza a conquistar a los usuarios son las redes más locales (por aquello de que la cercanía y la cultura son dos de los principales puntos en común), los ciudadanos del mundo están cada día más cerca.
La edad del pavo evidencia la falta de desarrollo de algunos aspectos de la personalidad. La falta de regulación o los vacíos legales dentro de las redes sociales hacen de este negocio (sí, negocio) caldo de cultivo para los despropósitos.
Negocio, publicidad, juventud, datos personales y privacidad. Estos son los ingredientes de un cóctel que, bebido, puede provocar a toda esa gente que está detrás de un perfil la peor resaca de su vida, verdaderos dolores de cabeza... piña colada (en red). Para saber la intensidad de los efectos es necesario probar. Salud.
P.D. Pese a que en el imaginario colectivo las vedettes somos casi una pieza de museo (arqueológico) no nos quedamos atrás tecnológicamente… Si no fuese por los avances no existiría la lycra ¿ y entonces qué sería de nosotras?
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